Todo empezó un día decidiendo el viaje de aquel verano. Todos queríamos un sitio tranquilo, pero a la vez que estuviera cerca.
Se nos ocurrió Italia, pero al haber estado anteriormente en más partes, decidímos ir unos días a Venecia, y la verdad es que nos hizo mucha ilusión.
Fue en agosto, cogímos el avión un viernes por la mañana. A mí personalmente, me gusta viajar en avión, por lo que el viaje no se me hizo muy largo ya que eran solo unas dos horas.
Cuando llegamos a Venecia pasamos por el canal principal, y allí estaba toda la gente celebrando que entraran barcos por aquel enorme canal, recibiéndoles muy alegres, contentos de que la gente fuera a visitar su ciudad.
Estuvimos por el día descansando durante unas horas del viaje en el hotel, pero queríamos salir a visitar la ciudad, por lo que esa misma tarde fuímos a ello.
Una de las cosas que más me llamó la atención es que en Venecia, cuando una persona sale de su casa, no se encuentra con una calle de asfalto y un coche en frente, sino que se encuentra con un pequeño y estrecho canal y un barco como medio de transporte, resultaba bastante gracioso de ver, ya que es totalmente diferente a cómo es aquí.
La ciudad estaba llena de pizzerias, recuerdo que cuando fuímos a comer a una de éstas, se podía ver como se preparaba la comida, allí todo era a lo grande.
Estuvimos también en la plaza de San Marcos, la única plaza que hay en Venecia, llena de palomas.
Pasamos varias veces durante los pocos días que estuvimos por el puente Rialto, el más impresionante y más grande de la ciudad.
Lorena.
Me ha gustado mucho esta entrada porque está muy bien detallada y además siempre he querido ir a Venecia y ya sé que cosas puedo visitar. Gracias!!
ResponderEliminarCristina Villalobos.