El verano pasado, estuve quince días en el precioso país situado en el norte de Gran Bretaña, Escocia.
Estuve viviendo en casa de unos amigos de mis padres, que tienen una casa en la misma urbanización que nosotros en la playa.
Ellos ya me habían advertido que Escocia era un país muy frío, y aunque fuera verano, sería relativamente a un invierno de Madrid, asique me llevé una maleta llena de jerseys y abrigos.
Salí un dia por la tarde, desde el aeropuerto de San Javier, en Murcia. El vuelo estaba previsto que llegara hasta New Castle, en Inglaterra, y de ahí fuímos en coche hasta Wishaw, que era el pueblo en el que vivían, entre Glasgow y Edinburgo.
Llegamos por la noche, y la casa era una casita típica de las películas, muy acogedora y cálida, rodeada de árboles.
Cómo era de noche, en cuanto llegamos todos se fueron a dormir, yo en cambio, me quedé un rato más hablando por el movil porque aún se me hacía muy raro estar allí.
Cuando me levanté al día siguiente, estuvimos con toda la familia, que yo ya la conocía de haberla visto antes en la playa. Me trataron como a una más, y aunque al principio estuve un poco pérdida, con el paso de los días me fui haciendo mejor a todo y me sentía como en mi propia casa.
Allí casi todo es muy diferente a aquí. Pasabamos todo el día fuera de casa, y a la hora de cenar, sobre las seis de la tarde más o menos, volvíamos.
Para mí, el día más divertido allí, fue cuando fuímos toda la familia a Edinburgo, fue un día muy caluroso para lo que normalmente hacía allí, yo fuí prácticamente fuí en tirantes todo el día.
Me llevaron el día del carnaval de Edinburgo, que es uno de los más bonitos del mundo, según dicen.
Estuvimos toda la mañana de compras, me compré un montón de ropa en mi tienda favorita de allí, "New Look" que aquí no la hay.
Después de recorrernos todas las tiendas de la ciudad, fuimos a descansar un rato al Sturbucks, que era lo normal allí, ya que es un lugar muy frío.
Nos recorrímos toda la ciudad, pasando por el castillo, que era enorme y por todos los jardines y zonas verdes que eran preciosos, y estaban llenos de gente.
Finalmente, cenamos en un Pizza Hut.
Cuando estábamos cenando, derrepente, me dí la vuelta y me pareció ver a un amigo de Madrid, y sí, éra él. A los dos nos impresionó mucho econtrarnos en Edinburgo, ya que es algo que ni te lo imaginas...
Después de estar todo el día dando vueltas, volvímos a casa.
A los pocos días estuve de vuelta en España.
Fue una gran experiencia y volvería a repetirla sin dudarlo.
Lorena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario