miércoles, 20 de febrero de 2013

Mykonos.



 Era un día muy caluroso en la ciudad de Mykonos, en Grecia.
 Estabamos en el hotel, y en cuanto nos levantamos fuimos a desayunar. Aquella mañana decidimos ir al buffet, para poder coger todo lo que nos apeteciera y afrontar el día que nos esperaba.

Cuando bajamos a la ciudad, nos impresionó que todas las casas fueran blancas con rasgos azules, como con cúpulas, parecían árabes.

Estuvimos todo el día dando vueltas por la ciudad.
Cuando una vez, entramos en una tienda a mirar colgantes, derrepente, nos dimos la vuelta y había un pelicano dentro, y la gente de allí no reaccionaba de ninguna manera, y esque, nos explicaron, que para ellos, lo normal es que haya pelicanos dentro de las tiendas y por las calles de toda la ciudad, ya que allí hay muchos de éstos.

Después de andar durante todo el día, estuvimos sentados en una de las terrazas con una de las vistas más bonitas que he visto nunca, mirando hacia el mar, escuchando el sonido de los pájaros y disfrutando del momento, descansando de todo lo realizado durante el día.

Tras un buen rato ahí sentados, nos volvímos al hotel, y estuvimos cenando en el restaurante hablando y comentando todo lo que nos había sorprendido y gustado de la ciudad.

Lorena.

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